Recientemente viajaba en coche por una de las bonitas carreteras de Alicante, y sin darme cuenta me vi sumido en el eterno movimiento de mano surfeando el aire que tan famoso hizo el anuncio de BMW emitido hace ya bastante tiempo. Este anuncio fue muy galardonado, y personalmente me caló profundamente hasta el punto de conectar un movimiento con una sensación de tranquilidad al volante. A pesar de no conducir un coche de marca alemana, siempre me he preguntado cuál es la mejor manera de que una empresa entre por los ojos al cliente. He pasado por varias etapas hasta descubrir la importancia de una marca que transmita emociones, ya que de otra manera nos encontramos con empresas que corren el riesgo de no conectar con el cliente.
