La continua adaptación tecnológica es una de las preocupaciones fundamentales para cualquier tipo de empresa. Por ejemplo, contar con un diseño web intuitivo, estético y bien posicionado en los buscadores de Internet como el que ofrece SicSolutions posibilita que una empresa de exportaciones de Mallorca pueda atender pedidos procedentes de cualquier parte del globo, incrementando además su eficiencia en el aprovechamiento de las economías de escala –la reducción del coste de un producto individual a medio plazo gracias a la expansión de la actividad de la empresa y la cantidad de producción ligada a ella-. Un diseño web accesible, bien conectado con su nicho de mercado y el segmento de población adecuado puede convertir en referente internacional a un artista del prêt-à-porter natural de Barcelona. Una ventana al mundo, la tarjeta de presentación ideal.
Carecer de la debida actualización de los sistemas informáticos equivale, en cierto modo, a condenar a la empresa a la obsolescencia. El desfase de técnicas y herramientas disminuye su competitividad dentro de un mercado cada vez más exigente e implacable. Perseverar en este problema a causa de la desidia a la hora de aprender acerca de estos métodos informáticos o por la simple fuerza de la costumbre es como empecinarse en correr el Gran Premio de Montecarlo con el triciclo de nuestra infancia.
La renovación informática, acompañada de procesos de formación continua para los empleados, se traduce en beneficios. Ahorra costes económicos y de tiempo de trabajo, agiliza las tareas de gestión, abre nuevas oportunidades de negocio para la empresa, descubre nuevas oportunidades hasta entonces vedadas y permite la configuración precisa de las previsiones de futuro.
No obstante, estos procesos poseen a su vez peculiaridades y requisitos de mantenimiento informático que es necesario delegar en expertos de la materia, imprescindibles para maximizar los beneficios de las nuevas tecnologías. Es decir, para justificar su eficiencia y su rentabilidad.
Por estas razones, contratar a una empresa de informática o a un empleado específico en este campo comporta indudables ventajas. En primer lugar, evita que el resto de empleados pierdan el tiempo y la paciencia en tareas que no les competen y para las que pueden no estar preparados, con la consiguiente frustración que ello conlleva. Así pues, este servicio de mantenimiento redundaría en el incremento de la productividad del conjunto de la empresa, dado que la vertiente informática estaría permanentemente actualizada y a pleno rendimiento y el resto de la plantilla no desperdiciaría unas horas preciosas en cometidos infructuosos y no tan prioritarios para la misión de la empresa. Los servicios y soluciones informáticas estarían de tal modo provistos de manera rápida, barata y eficaz, en especial en lo que respecta a la pequeña y mediana empresa, el modelo económico más frecuente en España.
En el mismo orden, este entorno tecnológico favorable al empleado, dotado de prestaciones útiles para su labor diaria y conservadas siempre en perfecto funcionamiento, contribuye a acrecentar el rendimiento de su actividad, a la consecución de los objetivos de la empresa, a la satisfacción de sus aspiraciones privadas y a generar unas expectativas de trabajo atractivas tanto para la plantilla presente como para nuevos candidatos a formar parte de ella.
Productividad
Como se colige de lo anterior, las nuevas tecnologías son fuente de productividad. Permiten una comunicación fluida a nivel horizontal y vertical entre compañeros de escalafón o de proyectos y la cadena de mando. Las bases de datos centralizadas, los servidores de archivos autónomos, las plataformas digitales comunes, la conectividad interna y externa mediante la banda ancha, los sistemas de correo electrónico y mensajería online… Multitud de servicios donde elegir y a través de los cuales implementar los procedimientos cotidianos de la empresa, fomentar la creatividad individual, impulsar el trabajo en equipo y proyectar una imagen correcta de la entidad hacia el exterior, destacada como cabeza de cartel por medio de su posicionamiento prioritario en la red.
Por otro lado, dada la inestabilidad del mercado de la informática, sujeto a fuertes oscilaciones de demanda que afectan a su precio, contar con un asesoramiento en la materia consigue que el gasto en esta vertiente se convierta en una cantidad relativamente predecible, planificable y controlable, siempre realizado en su justa medida dentro de presupuestos racionales y detallados que contemplan variables como los costes de contratación, de formación del personal, de volumen de negocio o de gestión. Por otro lado, el contacto continuo de la consultoría informática especializada con las marcas y fabricantes del sector informático y de la tecnología convierte a la empresa contratante, por extensión, en cliente prioritario de las mismas, hecho que garantiza un apoyo continuado y un mayor ajuste a sus pretensiones particulares.
A propósito de esta naturaleza en permanente mutación que caracteriza a la informática, donde cada seis meses se produce una nueva y decisiva revolución, la atención proporcionada por una consultoría informática de confianza permite desarrollar un conocimiento minucioso del sector, sobre todo en lo que se refiere a áreas técnicas especializadas o especialmente complejas. Este privilegio puede significar el gran salto delante de la empresa, el paso que deje atrás al resto de competidores de su mercado, limitados en este acercamiento a las últimas novedades aportadas por la tecnología. El conocimiento es poder, es beneficio. Las nuevas tecnologías proporcionan versatilidad, capacidad de innovación, agilidad y rapidez en los movimientos de su negocio, lo que puede colocar a la firma contratante, independientemente de su tamaño, a la cabeza de su sector. La puesta al día en cuestiones de hardware, software y aplicaciones destinadas a los ordenadores personales, a los smarthpones y demás dispositivos forma una parte real e importante del capital de la empresa.
La contratación de esta consultoría informática también puede establecerse bajo demanda expresa, en la mayoría de los casos. Esta flexibilidad se ajusta al dedillo a las estrechas necesidades presupuestarias de las pequeñas y medianas empresas en el contexto de la dificultosa situación económica actual. Las labores de consultoría, por definición, se restringen a momentos particulares de necesidad o de emergencia, no pertenecen a un cometido continuado y sostenido en el tiempo. Es así que contar con esta posibilidad de contratación selectiva, al albur del deseo de adquisición de conocimientos técnicos adaptados a una situación concreta o de la realización de un control de funciones administrativas en relación a una coyuntura determinada.