Poco a poco me voy dando cuenta de cómo cada vez que bajo a la calle y paseo por mi barrio o por el centro de la ciudad, los negocios artesanales van surgiendo en aquellos locales que llevaban años vacíos por culpa de la crisis.
Las personas que saben hacer algo, que pueden trabajar con sus manos, están ofreciendo sus servicios a la sociedad de modo que el trabajo artesanal está adquiriendo una importancia muy notoria en España y, de hecho, cada vez más, el usuario da más valor a aquello que ha sido trabajado manualmente que a aquello que ha salido al por mayor de una fábrica de polígono industrial.
Los materiales derivados del petróleo están quedando aparcados en el rincón del sótano para dejar espacio a la decoración hecha de forma artesanal. Las cacerolas de barro vuelven a lelnar los muebles de la cocina y las cucharas de madera ya se vuelven a ver en todas las casas españolas. Creo que es hermosa esta vuelta de tuerca que estamos dando y ojalá la moda no nos obligue a volver a cambiar de nuevo hacia un estilo más industrial.
En Maquinaria Madera ofrecen todo tipo de maquinaria ecológica fabricada como antes, con la misma calidad y con las mejores manos, para que aquellos artesanos que trabajan con madera puedan obtener los mejores resultados en sus productos.
En una de esas tiendas artesanas vi unos zuecos preciosos con suela de madera y empeine tejido a mano con cuerdas de colores que me demostraban que se puede conseguir ese toque moderno en las cosas trabajadas como antaño y que la madera es uno de los mejores materiales casi para cualquier cosa.
He visto relojes de madera modernos y otros que recuerdan a los antiguos cucos, cajas preciosas, lámparas, decoración, esculturas, menaje del hogar, juguetes infantiles y juegos de mesa, todo hecho con madera y me parece increíble.
Probablemente nuestros mayores se reirían de nosotros si nos escucharan decir estas cosas porque ellos están cansados de ver la cantidad objetos que se pueden sacar y fabricar de la madera, pero la realidad es que eso se ha ido perdiendo poco a poco y ver, con mis propios ojos, cómo un artesano crea un ajedrez de un tronco de madera es impresionante. Figuras talladas una a una con una delicadeza infinita y un tablero tan brillante que me entraron ganas de comprarlo aunque no supiera ni cómo mover las fichas.
Y es que todos estos oficios que quedaron relegados a un segundo plano con la industrialización y la globalización de los siglos XIX y XX están volviendo a resurgir como el Ave Fénix. Son oficios que nunca han desaparecido del todo pero a los que dábamos poca importancia y me alegro muchísimo de que ahora la gente vuelva a valorarlos como se merecen.
Y no hablamos sólo de la madera, hablo del metal, del barro, de la piedra y de todo aquello que sale de la tierra porque, aunque tratemos los materiales con nuestros productos para conseguir sacarles mayores beneficios, la verdad es que siempre serán mejores que el petroleo.
Y yo no estoy diciendo que esto sea algo nuevo y que no lo supiéramos, sé que no estoy descubriendo nada nuevo, pero sí pienso que habíamos dejado de darle importancia a estas cosas aún sabiendo que la calidad podía menguar y me encanta que la artesanía vuelva a estar al alcance de todo el mundo.