Este es un artículo muy recomendable para aquellos empresarios que estén dudando qué hacer con la asesoría jurídica de sus compañías. Lo más común es que el jefe o dueño de la empresa se encuentre con dos opciones: externalizar sus servicios o montar su propio departamento en cuestión dentro de la compañía. Lo más cómodo y económico es la primera opción, contratar los servicios de un despacho ajeno a la empresa y que nos facture por los trabajos realizados. El despacho Miguel Durán de Sevilla es uno de los más prestigiosos en este sentido, avalado por una gran cantidad de empresarios que se han quedado muy satisfechos con sus labores.
En el bufete Miguel Durán de Sevilla cuentan con un gran equipo de abogados laboralistas y mercantiles muy profesional y competente. Su experiencia en casos entre particulares y empresas les avala, ya que han solucionado centenares de situaciones en las que no había un acuerdo entre la Dirección y el capital humano implicado en el litigio. Son abogados especialistas en mediación laboral y en gestión fiscal, además de ser expertos en situaciones económicas complejas que necesiten la mejor y más solvente resolución.
Los empresarios lo tienen muy sencillo, ya que basta con pedir presupuesto a estos despachos para echar números y saber qué es lo que más les conviene. El caso de Miguel Durán es una referencia, ya que es un despacho con abogados laboralistas, letrados especializados en asuntos mercantiles o abogados expertos en aspectos económicos y fiscales, así como buenos conocedores del Derecho Internacional.
Si vemos que nuestra es de gran tamaño y que una asesoría externa se nos va a quedar corta dentro de las actividades que vamos a realizar, la otra opción existente es montar nuestro propio departamento de asesoría o jurídico. Sus acciones o responsabilidades abarcan el actuar en nombre de la organización en las gestiones relacionadas con los procesos o juicios civiles, mercantiles, penales, laborales y administrativos, ante las instancias legales correspondientes, representándola y defendiendo sus intereses. Asimismo, a diferencia de lo que ocurre en muchos casos, donde los empresarios o las compañías acuden a los despachos de abogados tras enfrentarse a un problema o conocer que lo tienen, con un departamento en la empresa que supervise todo tipo de acciones que llevamos a cabo para saber si están sujetas a violar alguna ley o normativa, podremos evitarnos muchos sustos indeseados y que a la larga nos supongan quizás un mayor coste económico.
Una de las áreas de la empresa que más se beneficiará de la inclusión de este departamento es la de Recursos Humanos, ya que por su naturaleza debe estar bien al día de las normativas jurídicas a la hora de elaborar los contratos, así como demás temas laborales (bajas, permisos o excedencias, entre otros) o de establecer relaciones con los representantes sindicales.
Pero su labor no queda aquí, sino también asesorará a las áreas de administración o financiero, revisando toda la documentación que se usa en las firmas de compras, ventas, arrendamientos, préstamos o relaciones con otras entidades, por ejemplo.
Asimismo, es conveniente que los trabajadores de este departamento sean profesionales altamente cualificados y que escojamos a personas con ánimo de reciclarse constantemente, ya que el marco jurídico es un entorno que está en constante evolución y cambio. Lo vemos cada día en los periódicos, donde conocemos nuevos proyectos de ley que nos pueden servir para mejorar el rendimiento fiscal de las empresas o también, por qué no decirlo, para aumentar la cuenta de gastos con más obligaciones.